La vitamina D desempeña un papel importante en el mantenimiento de unos huesos y un sistema inmunitario sanos, así como en la regulación de los niveles de calcio y fósforo en la sangre. Interviene en los procesos de división celular, afecta a la función muscular, contribuye a la función inmunitaria normal y tiene efectos antiinflamatorios. La carencia de vitamina D puede provocar diversas enfermedades, como raquitismo en los niños, osteoporosis y osteomalacia en los adultos, además de aumentar el riesgo de desarrollar ciertas enfermedades crónicas como las cardiovasculares, la diabetes y algunas formas de cáncer.
Por qué el cuerpo necesita vitamina D
Para mantener huesos y dientes sanos
La vitamina D ayuda a absorber el calcio y el fósforo de los alimentos, que son esenciales para formar y mantener unos huesos y dientes fuertes.
Mantener un sistema inmunitario sano
La vitamina D interviene en la regulación del sistema inmunitario, ayudando al organismo a combatir las infecciones.
Reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas
Los estudios demuestran que unos niveles adecuados de vitamina D en la sangre pueden reducir el riesgo de desarrollar algunas formas de cáncer, enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y esclerosis múltiple.
Cómo evitar la carencia de vitamina D
Pase más tiempo al sol
Los rayos ultravioleta favorecen la síntesis de vitamina D en la piel. Basta con pasar de 10 a 30 minutos al sol varias veces por semana, según el tipo de piel, la situación geográfica y la estación del año.