Fortalecimiento de ligamentos y tendones.
Los ejercicios deportivos ayudan a fortalecer ligamentos y tendones, lo que ayuda a mantener las articulaciones en la posición correcta y las protege de posibles daños.
Prevención de la inflamación.
El ejercicio moderado regular puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades inflamatorias de las articulaciones, como la artritis reumatoide. El ejercicio favorece la producción de sustancias antiinflamatorias en el organismo.
Mejora el estado de ánimo y el bienestar general.
El ejercicio mejora el estado de ánimo y el bienestar general, lo que puede afectar indirectamente a la salud de las articulaciones al reducir la susceptibilidad al dolor.
Para maximizar los beneficios y minimizar el riesgo de lesiones, es importante elegir deportes y ejercicios adecuados a su nivel de forma física, edad y salud. Las actividades de bajo impacto, como la natación, el ciclismo, el senderismo o el yoga, son especialmente adecuadas para mantener la salud articular. Siempre es conveniente consultar al médico o al fisioterapeuta antes de iniciar un nuevo programa de ejercicios, sobre todo si se padecen enfermedades crónicas o problemas articulares.