La legislación y la reglamentación desempeñan un papel importante en la protección de los recursos hídricos. Elaborar y hacer cumplir normas estrictas de calidad del agua, vigilar su cumplimiento y desarrollar medidas contra los vertidos ilegales puede ser eficaz para mantener limpias las masas de agua.
La cooperación internacional también es necesaria, ya que los recursos hídricos a menudo se extienden más allá de las fronteras de un solo Estado. Los esfuerzos conjuntos de los países para proteger las masas de agua transfronterizas, compartiendo conocimientos y tecnologías de purificación del agua, pueden mejorar su estado a nivel mundial.
El uso de fuentes alternativas de abastecimiento de agua, como el agua de lluvia y las aguas residuales recicladas, puede reducir la presión sobre los recursos hídricos naturales. El tratamiento y la reutilización de las aguas residuales para necesidades técnicas, riego o procesos industriales puede ser un elemento importante de la gestión sostenible del agua.
Así pues, preservar nuestras masas de agua para las generaciones futuras requiere los esfuerzos conjuntos de los gobiernos, el sector público y el privado. Sólo mediante la prevención de la contaminación, el uso racional, la protección y la restauración de los recursos hídricos podremos garantizar que estén limpios y sean accesibles a todas las formas de vida de nuestro planeta.
